REFLEXION SOBRE HIDRO‐ITUANGO, SPACE, CHIRAJARA Y VELEZ
autor : Jaime Suarez
Los problemas que se están presentando en las obras de ingeniería ocurren por alguna
causa. En ocasiones no detectamos la anomalía hasta después de que ocurre la falla, y a
veces vemos el problema y no le damos importancia.
En Space aprendimos que había irregularidades y falta de control en los cálculos
estructurales y nació la ley Anti‐Space, con buenas intenciones pero incompleta. Por
ejemplo: Quien revisa que el estudio geotécnico es el correcto?
En presas y otras obras hidráulicas no hay reglamentación de la parte técnica en Colombia
y el diseñador o el desarrollador imponen sus propios criterios. Quién revisa la parte técnica
de estos proyectos? El Anla?. Realmente nadie los revisa y los proyectos se construyen con
los errores incluidos y es la naturaleza misma, la encargada de indicarnos que estábamos
mal, cuando ya es tarde para corregir. Adicionalmente algunas empresas son
“técnicamente prepotentes” y si algún profesional hace una observación de que algo no
está correcto se vienen lanza en ristre contra quien tuvo el valor de conceptuar. Conozco
el caso de un proyecto hidroeléctrico en el cual el geólogo del proyecto indicó que había
una falla geológica activa junto a la presa y el resultado fue que este profesional fue retirado
del proyecto, con el argumento de que no podían tener enemigos adentro del proyecto.
Hoy después de varios años de construida la presa observamos que esta falla sí existía y le
corresponde a Dios protegernos para que no ocurra nada grave.
Las interventorías de los diseños (cuando existe interventoría técnica del diseño) en muchos
casos no revisan o no tienen el poder para revisar y modificar la parte técnica. Todo
proyecto y en especial los proyectos de alto riesgo deberían tener revisores técnicos que
sean co‐responsables con los diseñadores. Por ejemplo, en Chile los revisores deben
responder por la calidad técnica de los proyectos.
La geología y la geotecnia del relieve Colombiano son muy complejas y muchas veces
construimos sin tener la información completa, o conocemos los riesgos y nos le medimos
a “que no va a pasar nada”.
En el caso de Hidro‐ituango los efectos de la falla de Romeral y los deslizamientos, los cuales
habían sido alertados por reconocidos geotecnistas, se tuvieron en cuenta para el diseño y
construcción de los túneles?. Por qué en Medellín se permitió construir el edificio Space
sobre una quebrada?. En Velez construimos una presa sobre unas cavernas de grandes
proporciones y nadie sabía. En Chirajara, se insiste en recimentar la pilona que falló sobre
un mono‐caisson anclado a un coluvión inestable.
Los ingenieros colombianos debemos aprovechar estas catástrofes para reflexionar y
corregir el rumbo. Debemos aprender de nuestros errores.
Ingeniero Jaime Suárez Díaz