RESTAURACIÓN PAISAJÍSTICA EN INFRAESTRUCTURAS MEDIANTE BIOINGENIERÍA. EXPERIENCIAS Y DESAFÍOS PARA CHILE

Autor:

Moisés Muñoz Rodríguez, Seanto Chile S.P.A.

 

Director de Desarrollo Internacional, Ingeniero Forestal.

 

 

1. INTRODUCCCIÓN.

La bioingeniería es un concepto que ha generado mucha discusión en la literatura científica, debido principalmente a la amplitud de campos donde estas técnicas pueden aplicarse. Una definición aceptada y aplicada en el contexto de la restauración de infraestructuras lineales, está la que define la bioingeniería como la aplicación de principios pertenecientes a la ingeniería (diseño, monitorización y construcción) para desarrollar nuevas técnicas, usando normalmente como base material vegetal, que permitan acelerar la restauración ecológica y paisajística de áreas gravemente degradadas.

 

Aunque es un concepto nuevo, el uso de materiales vegetales para reducir la erosión en ingeniería civil viene practicándose desde antiguo. El uso de estas técnicas se recomienda cuando los procesos naturales, o el manejo de estos, no son suficientes para asegurar la estabilización, y posterior restauración de las obras. Las medidas o técnicas son numerosas y variadas, pero las empleadas en zonas degradadas de obras de infraestructuras lineales presentan cinco objetivos fundamentales: a) restituir la capacidad de la zona alterada para retener el agua y el suelo; b) integrarlas visualmente; c) facilitar la colonización y establecimiento de la vegetación, d) reducir los costes de mantenimiento; y e) aumentar la seguridad vial.

Por tanto, a través de la bioingeniería se consigue: a) evitar la erosión donde es imposible establecer una cubierta vegetal suficiente, b) incrementar la fertilidad del suelo para fomentar una mayor cobertura y producción vegetal, c) facilitar la llegada y establecimiento de nuevas especies, normalmente herbáceas como se muestra en la imagen Nº1, allí donde la colonización natural se ve dificultada y d) introducir y  establecer especies de árboles y arbustos para acelerar la sucesión secundaria, reduciendo así los costes de mantenimiento. En la siguiente tabla Nº1, se comparan las ventajas y desventajas de la bioingeniería con la ingeniería tradicional.

Estas técnicas consisten en la aplicación de sistemas vegetativos, combinados o no con otros materiales o sistemas constructivos, dirigida a consolidar zonas inestables, recuperar áreas degradadas y encuadrar otras intervenciones constructivas.

El objetivo final es la instalación eficaz de la vegetación, por tal razón, en aquellas zonas donde la vegetación pueda darse sin ayuda de estas técnicas en el tiempo, estas no serán necesarias. Deben ser consideradas como apoyos transitorios, con excepción de situaciones donde el factor de riesgo implique la necesidad de una estructura inerte que complemente a largo plazo la acción de la vegetación, cuando esta sea incapaz de asegurar las condiciones de seguridad exigidas.

2. DESCRIPCION DE TECNICAS DE BIOINGENIERIA.

Son muchas las técnicas disponibles para el control de la erosión, pudiendo utilizarse por sí solas, o en combinación con la introducción de especies herbáceas y leñosas, o junto con otras técnicas de bioingeniería para incrementar el éxito de la restauración. Cabe destacar la necesidad de diferenciar los conceptos de estabilización y protección de taludes frente a la erosión superficial. La mayoría de sistemas descritos en este trabajo persiguen mitigar procesos erosivos que pueden derivar en inestabilidad, pero deben ser utilizados en taludes estables. A continuación, se presentan las medidas más utilizadas, con recomendaciones específicas sobre su aplicación.

2.1 TRABAJOS PREVIOS.

Diseño geométrico de los taludes. Durante la ejecución de la obra deben tenerse en cuenta medidas para minimizar el impacto de la obra sobre la vegetación y la resistencia del talud a la erosión. Esto es, reducir al máximo las pendientes de los taludes y la destrucción de la vegetación circundante. Pero en muchas ocasiones, y a pesar de estos esfuerzos, las características de determinados taludes (pendientes muy pronunciadas, estructura rocosa, etc.) hacen necesario aplicar técnicas especiales para evitar procesos erosivos y problemas de estabilidad. Como es el caso del talud mostrado en la imagen Nº2. Esto facilita, a su vez, la integración del talud en el entorno y la colonización vegetal con garantías de éxito.

 

 

Manejo de la tierra vegetal. Las limitaciones abióticas pueden ser suplidas mediante la aplicación en los taludes de mulches, fertilizantes, enmiendas orgánicas o tierra vegetal. Entre las diferentes medidas existentes, la adición de tierra vegetal presenta la ventaja añadida de ser capaz de autoregenerar el espacio degradado. En efecto, la tierra vegetal cumple la doble función de mitigar las malas condiciones abióticas del suelo por su mayor contenido en materia orgánica y microorganismos y aportar semillas al talud mediante el banco natural de semillas contenido en el suelo. Muchas veces no es necesario aportar tierras nuevas, sino saber gestionar la tierra vegetal de la capa superficial extraída, almacenada y mantenida durante la fase de proyecto y posteriormente extendida.

 

Preparación de suelo: Saneo, roce, microterrazas o arado del terreno. Antes de iniciar los trabajos de revegetación es necesario sanear y rozar las superficies para facilita el trabajo y mejorar el éxito del mismo. Para taludes con fuertes pendientes y/o materiales compactos se aconseja la creación de pequeños surcos o microterrazas en curvas de nivel, la profundidad de los mismos puede ser de 5 a 10 cm y la separación horizontal de 30 a 50 cm.

De esta forma, se consigue un doble propósito, por una parte se evita el arrastre de sedimentos finos al disminuir la velocidad de escurrimiento de agua, el material removido, al estar suelto sirve de base para la germinación de las semillas que se siembren o que de forma espontánea lleguen al lugar. Para el caso de terrenos sin pendientes, es conveniente realizar un arado superficial que permita el éxito de la siembra de semillas que se realice.

 

 

Mejora y fertilización del suelo. Con frecuencia, las zonas degradas son poco fértiles, debido a que a veces, se extrae la capa de tierra vegetal, hasta el punto de dificultar la colonización vegetal natural o promovida a través de hidrosiembras y plantaciones. Por ello, el incremento de la fertilidad del suelo mediante enmiendas orgánicas y fertilizantes inorgánicos es recomendable.

Los fertilizantes inorgánicos utilizados más frecuentemente son de liberación lenta. Estos son sencillos de aplicar, aportan las dosis necesarias de nutrientes particularmente importantes para el desarrollo vegetal. Estos fertilizantes, sin embargo, son fácilmente lavables, por lo que deberían ser incorporados en el sustrato, para evitar la pérdida por escorrentía y viento.

Las enmiendas orgánicas tienen la ventaja de que, además de aportar nutrientes básicos para las plantas, incrementan la cantidad de materia orgánica del suelo y, con ello, mejoran otras propiedades físico-químicas del sustrato; incrementan la capacidad de retención de agua del suelo, de particular importancia en medios mediterráneos, aunque esto dependerá del tipo de enmienda orgánica y el clima donde se aplica.

Otra ventaja del uso de estas enmiendas es que permite la reutilización de restos orgánicos (residuos urbanos, residuos de la agricultura y ganadería y lodos de depuradora). Las enmiendas orgánicas deben ser mezcladas con la capa superficial del sustrato original; de esta forma evitaremos problemas de erosión y de pérdida o lavado de la misma. En determinados casos, las enmiendas pueden variar las características químicas del suelo como acidez o alcalinidad, que son una barrera para el normal establecimiento y desarrollo de las plantas, las enmiendas actúan modificando el Ph del suelo.

 

2.2 TECNICAS DE REVEGETACION.

2.1 Hidrosiembra. La introducción de especies herbáceas es una de las técnicas más populares para la restauración de taludes de infraestructuras debido a su potencial capacidad para proteger el suelo a corto plazo. El objetivo principal de estas técnicas es aumentar rápidamente la cubierta vegetal a través de la siembra de especies vegetales de rápido crecimiento, que deben dar paso más adelante a especies perennes y leñosas, típicas de etapas sucesionales más avanzadas. En el caso de superficies sin pendiente, se puede aplicar la hidrosiembra o bien una siembra directa previo gradeo y posterior tapado de la semilla.

La hidrosiembra consiste en la proyección sobre el terreno de una mezcla en agua de semillas, mulch, fertilizantes y sustancias adherentes o estabilizantes. Es una técnica que se realiza con medios mecánicos especializados, dotados de equipos de bombeo. Estos trabajos muestran las siguientes ventajas:

 La vegetación se establece un 20-25% más rápido que otras alternativas de siembra manual. Consigue fijar las semillas a taludes de pendientes moderadas gracias a los estabilizantes usados.

 El mulch de fibras vegetales que acompaña la hidrosiembra genera condiciones favorables para una rápida germinación, debido a que es capaz de almacenar humedad y proteger a la semilla.

 Se pueden alcanzar taludes difícilmente accesibles para otras técnicas.

 Es una técnica que permite un gran rendimiento y que tiene costos bajos.

 

 

 

2.2 Establecimiento de plantas. La implantación de especies arbustivas y leñosas tiene gran interés en la restauración ecológica, ya que las mismas tienen la capacidad de acelerar la sucesión vegetacional (iniciada por las especies herbáceas), suele necesitar poco mantenimiento, mejoran la integración al paisaje y garantizan algunas funciones asociadas a las plantas herbáceas Los métodos de establecimiento de la vegetación son muy diferentes, dependiendo si requieren de apoyo de sistemas para establecerse.

Es fundamental, para el éxito de la restauración ecológica el uso de especies que se adapten a las condiciones edafoclimáticas de la zona, de tal forma que se garantice la sustentabilidad de las plantas en el lugar, minimizando los costos de mantenimiento, cuyo mayor gasto suele recaer en el riego. En este sentido, es recomendable el uso de especies nativas de la zona, que tengan capacidad de enraizamiento para que cumplan con la función de estabilidad superficial de las zonas alteradas donde se implantan.

Las especies arbóreas y arbustivas permiten estabilizar el terreno hasta un máximo de 2 m de profundidad aproximadamente, para ello, las plantas deben ser capaces de emitir raíces adventicias, de modo que puedan originar un entramado que permita la fijación y estabilización del terreno. Estas técnicas son complejas de calcular en sus parámetros mecánicos, por lo que es recomendable cierta experiencia para que cumplan su objetivo de forma satisfactoria.

a) Plantación directa. Consiste en la plantación de especies arbustivas y arbóreas cultivadas en vivero o bien trasplantadas, para el caso de especies de alto interés. El proyecto debe definir las especies, tamaño de las mismas, presentación de la raíz, densidad de plantación, distribución de las especies, etc. Los marcos de plantación en taludes usuales son al tresbolillo y se trata de realizar mezclas de especies que recreen de la mejor forma posible los ecosistemas naturales.

En cuanto al tamaño de planta, es importante saber que mientras más joven es una planta su capacidad de adaptación y tasa de supervivencia es más alta, ahora bien, es normal usar en aquellas zonas más urbanas especies arbóreas de mayor tamaño .

 

 

b) Estaquillados. Se realiza mediante el uso de porciones de ramas verdes hincadas en el suelo. Las ramas, de varios años, deben tener una longitud media de 50-100 cm y un diámetro de 2-8 cm. Deben estar afiladas por un extremo y se deben insertar profundamente para dejarlas cerca de horizontes edáficos con suficiente humedad durante el verano, dejando solo 5-10 cm en la superficie.

Esta técnica permite de forma rápida la implantación de un gran número de plantas y es muy usual en proyectos de infraestructuras que afectan a sistemas hídricos. Los estaquillados se adaptan muy bien a la instalación de vegetación en escolleras, por permitir una instalación posterior a la construcción de la escollera, asegurando, de este modo, su revegetación sin necesidad de intervenciones.

c) Sistemas mixtos. Son aquellos sistemas que usan mezclas de especies vegetales vivas con material inerte y son especialmente utilizados en infraestructuras que afectan a sistemas hídricos. Existen varias técnicas, entre ellas, la empalizada trenzada viva, utilizada en la protección de orillas fluviales y en la estructuración y consolidación de taludes. Consiste en la realización de un trenzado de ramas vivas de sauce u otra especie con poder de enraizamiento, que se anclan al suelo mediante estacas y piquetas. En taludes hay diversos modos de instalación, siendo los principales, las empalizadas en diagonal y las empalizadas horizontales sencillas.

Se puede usar la cobertura de ramaje, para aumentar la cubrición y favorecer la consolidación de orillas de ríos donde se registra torrencialidad y velocidades muy elevadas. Consiste en recubrir el talud con una capa de ramas de varios metros de longitud, disponiendo el extremo más grueso bajo el nivel del agua y la parte ramificada en la zona superior de los taludes.

Si se pretende estabilizar desde la base, se puede usar el lecho de ramajes, que es un sistema clásico y muy eficaz de consolidación de taludes y pendientes. Tiene la ventaja de asegurar inmediatamente una estructuración de la pendiente hasta una profundidad de 1,5 m aproximadamente. Puede ser realizado mediante ramas de plantas susceptibles de crecer o en combinación con plantas enraizadas criadas en vivero. Es apto para taludes de suelo desnudo y puede integrarse en muros armados de agromantos.

 

2.3 SISTEMAS DE APOYO.

a) Agromantos o geomantos. Son productos compuestos en su mayoría por mallas y fibras naturales (fibra de coco, yute, paja, esparto) o sintéticas (polipropileno). Se emplean para control de la erosión y mejora de suelo. Sirven para frenar la erosión laminar sobre taludes, rellenar regueros y como revestimiento de muros. Estas mantas favorecen la formación de suelo mediante la retención de finos en escorrentías y el aporte de materia orgánica al suelo tras su descomposición.

Controlan la evaporación, regulando la temperatura y aumentando la infiltración de agua de lluvia en el suelo. Se emplean para dar coherencia a las partículas de suelo, fijando, a su vez, la vegetación espontánea o hidrosembrada sobre el mismo. Se usan para evitar la erosión laminar alta, y la formación de cunetas y cárcavas, restauración de márgenes de ríos o taludes con pendientes de entre 25-45°. Deben ser permeables a los elementos finos del suelo y a la recepción de semillas aportada o dispersada de manera natural.

 

Dada la adaptabilidad del agromanto a las irregularidades del terreno se puede forrar el contorno de las cárcavas y barranqueras, y con el apoyo de encadenados de piedra o fajinados vegetales o artificiales (biorrollos) para dar solución arestauraciones de cabeceras de cuenca y encauzamientos, de gran aplicación en el control de avenidas. Es fundamental elegir el tipo de manta adecuado, pues a los limitantes comentados anteriormente, se debe añadir el riesgo de que se degrade con excesiva rapidez, arrastrando los sólidos acumulados y la vegetación existente. Si estas mantas se refuerzan con mallas sintéticas de gran duración, se pueden utilizar incluso sobre taludes muy verticales.

b) Redes o mallas de fibra vegetal o sintética. Al igual que los agromantos productos compuestos de fibras (coco, yute o polipropileno), pero que por definición sus elementos constitutivos (hilos) son porcentualmente menores que sus huecos, por lo que se emplean como elementos de refuerzo en aplicaciones geotécnicas y de restauración de la vegetación, ya que entre la luz de malla se originarán pequeños diques de contención de las microcárcavas del talud. Están indicadas para desmontes o terrenos de granulometría gruesa que quedan retenidos entre sus huecos, facilitando a la vez el paso de la vegetación nacida o sembrada sobre él. En particular, las redes orgánicas de coco tienen una gran adaptabilidad y flexibilidad, generando buenos resultados en desmontes de margas, arcillas, etc., poco pedregosos . Como todos los soportes, estas redes pueden ser instaladas fuera de épocas de siembra, de forma que se inicie la protección superficial de los taludes antes del establecimiento vegetal.

 

 

c) Geomalla tridimensional. La geomalla volumétrica es un sistema tridimensional formado por distintas mallas termosoldadas, con componentes tratados para resistir radiaciones ultravioleta, y que conserva sus características mecánicas durante al menos siete años. Permiten trabajar con pendientes de más de 40° y son muy eficaces en el control de erosión gracias a la retención de finos. Las mallas volumétricas se utilizan en taludes, sobre todo de desmonte, donde no se pueda realizar una aportación de tierra vegetal adecuada para crear suelo, en taludes con material pedregoso, terrenos arcilllosos, etc .

También se usan en sistemas fluviales, encauzamiento de barrancos, protección de cauces con riesgo de avenidas, en combinación con otros tratamientos de bioingeniería, como los lechos de ramaje vivo, biorrollos, estaquillados, etc. El espesor mínimo que deben tener estas mallas es de 20 mm, y la apertura de malla mínima debe ser ≤10 mm. Sobre estas mallas se realiza una proyección de sustrato posterior, compuesta habitualmente por turba, fibra de coco, fibra de madera, estabilizante, fertilizantes orgánicos y semillas de plantas adaptadas a las condiciones del sitio.

Esta proyección permite la germinación y desarrollo de las plantas en el periodo más crítico de establecimiento, favoreciendo el desarrollo del sistema radicular en el interior del talud y creando un entramado integral de raíces suelo-geomalla que muestra una elevada resistencia a la tracción. Son utiles en aquellas situaciones en las que otros tipos de sistemas orgánicos no funcionan debido a que se degradan y pierden sus propiedades. Además, se puede utilizar en sistemas combinados para la estabilización de taludes, conjuntamente con mallas de triple torsión, redes de cable, etc.

d) Sistemas de confinamiento celular: Geoceldas. Está estructurado por tiras de polietileno de alta densidad, texturizadas y perforadas para aumentar la rugosidad y facilitar el drenaje, termosoldadas a una distancia determinada para la formación de alvéolos que permite retener distintos tipos de materiales. Este sistema puede albergar espesores de tierra vegetal de entre 5 y 20 cm, dependiendo de la anchura de las cintas, permitiendo realizar plantaciones y siembras en su seno. Su principal inconveniente es que solo se puede emplear en pendientes de hasta 35°, ya que su relleno va a estar supeditado a la cohesión y al ángulo de rozamiento interno del suelo. Es muy utilizado en canalizaciones y encauzamiento de barrancos, donde las pendientes son suaves.

 

e) Biorrollos o fajinas. Los biorrollos son estructuras cilíndricas que se suelen fabricar a base de fibras naturales de forma industrial y son colocados en curvas de nivel y en zanjas poco profundas. Se elaboran a base de fibras, generalmente naturales (coco, esparto o paja), envueltas en mallas o redes de coco o de polipropileno. Tienen la ventaja de su maleabilidad, que les permite adaptarse a las irregularidades del terreno como cárcavas. La capacidad para retener finos y semillas arrastradas es muy alta y su instalación muy sencilla (ver imagen Nº 15).

Respecto a las fajinas, estas son elaboradas en el terreno, usando materiales locales. Para ello, se suelen emplear tallos de ramas leñosas con gran capacidad de enraizamiento, que deben ser flexibles, largas, rectas y con yemas de crecimiento activas, se disponen paralelas al perfil del talud y se entierran superficialmente. El uso de estas fajinas vivas solo tiene sentido en lugares donde la humedad del suelo permite el enraizamiento. En situaciones de sequía o escasa disponibilidad de material, se pueden emplear restos de poda de árboles cercanos.

Estos tratamientos dan buenos resultados a medio-largo plazo, siendo necesaria la aplicación de otras técnicas (hidrosiembras, agromantos, etc.) para reducir la erosión a más corto plazo, al objeto de completar el tratamiento recubriendo el espacio existente entre fajinas.

f) Sistemas de apoyo de obra civil. Se trata del uso de materiales típicos de obra civil tradicional, usados de forma combinada con materiales descritos anteriormente. En muchas ocasiones, las técnicas descritas hasta ahora no son suficientes para garantizar la estabilidad y seguridad de una solución. En este caso, el uso de sistemas de apoyo como mallas de triple torsión, red de cable, cable de refuerzo y pernos de anclajes puede ser factible. Esta combinación se emplea cuando una técnica individual no es capaz de solucionar todos los problemas de erosión y estabilización por sí misma. Gracias a sus características, permite reunir las condiciones adecuadas para una posterior revegetación e integración visual del talud, sustituyendo técnicas más agresivas, como muros, escolleras o gunitados.

En otros casos, se usan muros de pie, que son elementos estructurales de la obra necesarios para lograr la estabilidad de los taludes. Permiten disminuir la pendiente de los taludes hasta alcanzar el equilibrio, disminuyendo la velocidad de escorrentía del agua de lluvia, y facilitando la restauración vegetal. Estos muros pueden ser ejecutados a base de gaviones metálicos, de mampostería, de escolleras, de tierra reforzada (muros verdes) o de estructuras de madera.

 

3. EXPERIENCIAS EN CHILE

Las técnicas de bioingeniería se aplican en Chile desde hace ya algunos años, sin embargo, el resultado no ha sido el esperado en todos los casos. A continuación, se presentan algunas imágenes de trabajos ejecutados, describiendo en los pies de fotos las dificultades encontradas y experiencias aprendidas.

 

 

 

 

En los proyectos, no se suele considerar labores de mantenimiento como abonados o riegos. En ambos proyectos se realizaron abonados 3 meses después de los trabajos, las superficies no abonados se estaban perdiendo, pues son superficies donde se ha extraído la capa de tierra vegetal que contiene materia orgánica y nutrientes.

 

 

 

 

 

4. AVANCES Y DESAFIOS PARA CHILE.

En el siguiente capítulo, se presentan propuestas para mejorar el uso, eficacia y resultado de las técnicas de bioingeniería en Chile.

Necesidad de incrementar la inversión en restauración ecológica. La inversión por proyecto en restauración ecológica es muy inferior a los estándares europeos, donde se invierte al menos un 3-5 % del presupuesto global. Es por tanto, fundamental comprender que un aumento de implementación de técnicas de control de erosión, evita costos de mantenimiento posteriores, mejora la seguridad vial y evita costos altos de reparación posteriores por deslizamientos o desprendimientos de taludes.

Actualización del manual de carreteras. Son pocas las técnicas descritas en el actual manual de carreteras (bases de licitación del Ministerio de Obras públicas)y se requiere una actualización de las técnicas existentes e incorporación de técnicas nuevas.

Incorporación de las técnicas de bioingeniería en fase de proyecto. Por desconocimiento de las técnicas y por el uso reiterado de medidas tradicionales de ingeniera no se incorporan estas técnicas en la fase ingeniería a pesar de las ventajas que tienen de reducción de costos y mejora en la integración paisajística de las infraestructuras. Se debe analizar en la etapa de proyecto la viabilidad del uso de las mismas.

Geomorfología idónea de la infraestructura. Como se ha analizado en el documento la pendiente y morfología de los cortes de desmonte y terraplén afecta el éxito del establecimiento de la vegetación, haciéndola inviable a pendientes elevadas. Por tanto, en la medida de lo posible y a pesar del sobrecosto en expropiación que pueda suponer es conveniente que los taludes sean 1:1 o de inferior pendiente para el mayor éxito del establecimiento de la vegetación.

Manejo adecuado de la tierra vegetal. El banco de semillas y la materia orgánica existente de forma natural en la tierra vegetal que se puede extraer del decapado superficial de cualquier proyecto, es vital para poder restaurar ecológicamente las superficies alteradas en el propio proyecto. Para ello se requiere, extraer, almacenar, mantener y finalmente extender estas tierras d calidad en las superficies que se deben recuperar.

Uso de especies nativas. Los trabajos de recuperación ambiental deben ser sostenibles en el tiempo y basarse en requisitos ecológicos, para ello conviene seleccionar especies nativas a través de semillas, plantas o estaquillas. Solo de esta forma, se consigue una perfecta adaptación de las plantas a las condiciones climáticas de las zonas y reducir los altos costos de riego. Se debe trabajar en proyectos para determinar las especies arbustivas con características de raíz que sirvan para recuperar zonas degradadas y al mismo tiempo puedan establecerse para controlar la erosión y restaurar el paisaje.

Introducción de labores de mantenimiento en el proyecto de ejecución. Muchos proyectos carecen de labores de mantenimiento de los trabajos de siembras y plantaciones, debido a que estos finalizan con la obra civil en si, Por tal razón, las inversiones realizadas que requieren de un mantenimiento y seguimiento de al menos 2 años terminan perdiéndose, pues la vegetación no consigue la sucesión y termina muriendo. Es necesario por tanto que todo proyecto que incluya establecimiento de vegetación incluya labores de conservación como riego, abonado, resiembra, roce, etc.

Licitación independiente de la restauración ecológica. Los proyectos de obra civil de infraestructuras suelen incorporar medidas de restauración ecológica de las zonas afectadas por la obra y medidas de compensación en otras zonas (normalmente reforestación). Los plazos requeridos para cumplir con dichas medidas exceden el plazo de ejecución de la obra civil, en muchas ocasiones no se terminan con éxito y provoca litigios para el MOP o la propiedad responsable del proyecto.

En otros países, como es el caso de España, desde el momento de licitación se separa el proyecto de obra civil del proyecto de restauración ecológica de dicha infraestructura, licitándose este último de forma independiente. De esta forma, además de solucionar el problema de los plazos de ejecución, se consigue que sean ejecutados por empresas especialistas de servicios agroforestales, consiguiendo culminar con mayor éxito las medidas de mitigación de impactos.

Momento de la realización del trabajo. Los trabajos de siembras, hidrosiembras y plantaciones necesitan ser realizados en fechas idóneas para ello, normalmente, en periodo de lluvias otoñales (caso de hidrosiembras) y en pleno invierno en el caso de las reforestaciones. Ejecutarlas en otras fechas, requiere de medios especiales para ejecutar riegos y asumir riesgos de mermas o perdidas de plantas.

 

 

5. CONCLUSIONES.

Este artículo analizó la bioingeniería como alternativa para mejorar la sustentabilidad ecológica de las infraestructuras y permite concluir que:

Conclusión 1. Las técnicas de bioingeniería son alternativas válidas a la ingeniería tradicional para solucionar problemas de erosión y estabilización de taludes, además, permiten integrar en el paisaje las zonas degradadas a costos sensiblemente menores.

Conclusión 2. En Chile estas técnicas han sido utilizadas, pero debido a errores de diseño y ejecución en algunos casos no se han conseguido los resultados esperados, por tanto, se requiere de mayor especialización para diseñar estas soluciones en la ingeniería del proyecto y del uso de especies nativas.

Conclusión 3. La época y los plazos de ejecución, así como, las labores de mantenimiento son fundamentales para el éxito de estas técnicas, es por eso que una opción válida es la de tener proyectos de restauración ambiental segregados de los proyectos de obra civil, y que estos se liciten de forma independiente con plazos de ejecución diferenciados.

 

 

6. AGRADECIMIENTOS

El autor agradece al Ministerio de Obras Públicas de Chile a nivel central y regional. En especial, se agradece la colaboración de D. Miguel Fuentes por su aporte gráfico y apoyo a la publicación.

 

7. REFERENCIAS

1. Bote, D; Valladares, F; et al.; 2.005. Importancia de la tierra vegetal en la restauración de desmonte. Revista Montes, 80: 19-24.

2. San Joaquín, F; Contreras, V; et al. 2.006. El mantenimiento de la obra de restitución paisajística de carreteras. IV Congreso Andaluz de Carreteras (Jaén). 1712-1726.

3. Manual de Carreteras. Volumen VII Operaciones de Mantenimiento. Ministerio de Obras Públicas, Chile. 2015.

4. Ramajo, L. 2.007 Las Obras de restauración paisajística en obras de infraestructura. Congreso Ingeniería del Paisaje, Almonte (Huelva).

5. Valladares, F., Balaguer, L., Mola, I., Escudero, A., y Alfaya, V. 2.011. Restauración ecológica de áreas afectadas por infraestructuras de transporte. Bases científicas para soluciones técnicas. Fundación Biodiversidad, Madrid, España.

 

 

 

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