Turismo ambiental, cuyo objetivo está ligado al medio ambiente, es el turismo que busca conocer un espacio natural, o una cultura específica, sea mirar sus vestigios, o su interacción actual, solidarizarse y aportarle o vivir la experiencia de sus costumbres, pero también con la idea de encontrar aventuras o hacer deporte.


Definiciones tradicionales establecen, básicamente, que turismo es una actividad económica, que realizan las personas fuera de su lugar de residencia, por un período inferior a un año y superior a una noche, que, además, beneficia a las naciones donde se practique.
El turismo de aventura es uno de los más nocivos para nuestro medio ambiente, se define teniendo en cuenta la actividad en la que todo nuestro cuerpo participa de manera exhaustiva, se practican actividades al aire libre por ocio, adrenalina y por el deseo de conocer a fondo las diferentes actividades como: excursionismo, montañismo, acampadas, rafting, pesca, etc.


El montañismo cada vez tiene más tintes de obsesión sin objetivo, el daño no tiene sentido, los seres humanos parece que perdieran su rumbo. En reciente artículo la revista Semana de mayo de 2019, nos relata el suceso ocurrido en el Monte Everest debido a la gran cantidad de personas que están subiendo y la aglomeración que los lleva a la muerte. Uno de los montañistas que vive la situación la relata así, en su cuenta de Instagram: «Muerte. Carnicería. Caos. Filas. Cadáveres en la ruta y en tiendas de campaña en el campamento 4. Gente a la que traté de hacer regresar y que terminó muriendo. Gente siendo arrastrada. Caminando sobre cuerpos. Todo lo que leíste en los titulares sensacionalistas se repitió en nuestra noche de cumbre».
A propósito del creciente número de turistas y su reacción al trancón de montañistas del monte Everest, Germán Téllez realizó un artículo en donde explica: Las hormigas humanas son conocidas en el mundo entero con el apodo de “turistas” destruyen a su paso cualquier arquitectura que se interponga, lo cual exige con más frecuencia la reparación o restauración de muchas obras.
Comenta lo expresado en los años 70 por un curador del histórico acorazado USS Missouri de la Segunda Guerra Mundial, convertido en museo: “Los turistas nos causaron más daños a bordo que los kamikazes japoneses durante la guerra. Rompieron y se llevaron todo lo que no estaba soldado o remachado a la estructura del barco… Rayaron, escupieron o pegaron chicle, ensuciaron, orinaron y escribieron insultos y groserías por todas partes… Incluso trataron de arrancar la placa de bronce conmemorativa de la firma de la paz con el Japón en 1945…”

El daño hecho a Machupicchu es inmenso, sin detenernos a pensar en que se realicen acciones vandálicas, el solo hecho de recibir el pie del turista genera en los patrimonios culturales de la humanidad una erosión que hace imposible pensar en conservar esta belleza cultural.
Machupicchu pasó de 120.000 visitantes en 1990 a 1’400.000 en el 2016. La infraestructura creada para atender esta gran cantidad de turistas es también un problema, puesto que crece sin planificación: El pueblo de Machupicchu, Aguas Calientes de acuerdo con el informe de Gestión Turística y desarrollo Sostenible es: “una zona muy peligrosa porque invade el cauce del río Urubamba y es zona de aludes y huaycos con suelo propenso a deslizamientos durante la temporada de lluvias”.

En países como Chile donde el interés por el Turismo de aventura aumenta, las políticas y capacitación del turista no logran asegurar que el impacto del paso del ser humano por estos paisajes sea mínimo.
¿Qué ganamos como individuos con esta moda que nos lleva a desear la conquista de paisajes, territorios, espacios naturales sin verdadero enriquecimiento espiritual? Lo peor es que perdemos nuestra herencia ambiental, nuestra huella cultural, nuestro sentido en el mundo por la carrera desenfrenada de seguir la moda.
Desde los encuentros de ambientalistas debemos promover al menos un turismo consciente y mesurado, que permita tener presente lo que somos y de dónde venimos, para qué ser humano tenga significado. Y desastres naturales y humanos no se promuevan. Para que la huella que dejemos no sea solo la erosión de nuestras pisadas y el desperdicio de nuestro consumo desmesurado.

 

Bibliografía:

https://www.semana.com/deportes/articulo Estamos caminando sobre cuerpos»: El relato de un sobreviviente del trancón en el Everest

elmalpensante.com articulo: las hormigas por German Tellez por P. Salucci Arlegui

https://www.academia.edu _Riesgo_en_el_Turismo_Aventura

www.eumed.net  La planificación y Gestión Turística de Cuzco y Machu Picchu

International Journal of Scientific Management and Tourism (2018) . Gestion Turistica Y Desarrollo Sostenible en sitios patrimonio de la humanidad por Jessica Ruth Figueroa Pinedo1

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